GRADO DE MADUREZ Y PERTENENCIA (Teoría de grupos y comunicación)
Madurez de un equipo: La madurez está definida por el nivel de motivación del equipo en el alcance de metas, por el deseo y su habilidad para adquirir responsabilidades, manteniendo un permanente comportamiento activo.
Factores que determinan el nivel
de madurez de un equipo
- Realización: Es la identificación, el establecimiento y el cumplimiento de metas por parte de los miembros del equipo.
- Responsabilidad: Es el compromiso de sentir como propio lo que sucede en la institución y la respuesta a ese compromiso por parte del equipo.
- Experiencia: Es la asimilación de conocimientos y habilidades en el trabajo puestas al servicio del equipo y su aprovechamiento.
- Actividad: Es la inversión de energías e trabajos significativos distribuidos, de acuerdo con sus capacidades, entre los miembros del equipo.
- Adaptabilidad: Es la capacidad del equipo para aceptar con flexibilidad los cambios y las influencias del medio ambiente con vistas al logro de sus objetivos.
- Perspectiva: Es la capacidad del equipo para analizar los distintos elementos que están en juego al realizar su tarea, según los objetivos de la organización.
- Posición: Es la capacidad del equipo para permitir que se manifieste cada uno de sus miembros en la tarea, considerados sus recursos tecnológicos y su influencia personal, sin perjuicios de jerarquía o antigüedad.
Grado de pertenencia de un equipo
Relaciones interpersonales
afectivas: En las
relaciones con compañeros de trabajo es muy fácil que estas trasciendan de lo
laboral a lo personal. Así, por ejemplo, es muy común encontrar entre el
personal de la empresa compañeros de trabajo que ahora son amigos.
También se
presenta el caso contrario. Con falta de profesionalismo se puede llegar a
‘demonizar’ a un compañero o grupo de trabajo y generar rivalidades que
propicia división interna y crea bandos fracturando la unidad de la
organización.
Hay otros
tipos de relaciones que se pueden presentar entre compañeros de trabajo como
pueden ser: relaciones amistosas o sentimentales, podría decirse que esto es
imposible de evitar o que no tiene nada de malo el hecho de que se dé una
relación afectiva dentro de la empresa.
Si es así,
¿por qué a nivel empresarial hay tanta prevención del tema hasta llegar
explícitamente a prohibir las relaciones afectivas? ¿Cuál es el problema
entonces?
Sucede que
por este motivo podrían desviar su atención de sus responsabilidades laborales.Todas las
personas tienen desafíos que enfrentar, el mayor es el de madurar efectivamente. Enfrentar los retos que vienen con toda relación es totalmente
extenuante cuando la inmadurez emocional existe.
Una relación
afecta el cómo se desempeñan los miembros de esa relación en la empresa, si
todo marcha bien entre ellos los estados de satisfacción tienden a mejorar el
desempeño de la pareja de amigos o sentimental en la empresa, pero situaciones
de malestar dentro de la relación tienden a disminuir la productividad de esos
empleados que forman parte de esa relación.
Cuando hay
situaciones complejas al interior de una relación y hay insuficiencia de
madurez emocional, la circunstancia termina siendo evidente para el resto de
personal, que nota fácilmente el distanciamiento; Esto puede llevar a afectar
el clima laboral, el trabajo en equipo, las relaciones interpersonales y la
productividad de la empresa.
No obstante,
mantener buenas relaciones dentro de un equipo de trabajo ayudará a mejorar el
desempeño de los trabajadores, al propiciar un ambiente agradable que a su vez
reforzará la cohesión grupal y la comunicación que se da entre estos ayudando
así a la consecución de los objetivos organizacionales.
Bibliografia
http://www.mailxmail.com/curso-equipo-trabajo-rendible/madurez-equipo
http://www.bvs.sld.cu/revistas/aci/vol11_6_03/aci10603.htm
LA CAJA DE SKINNER
Burrhus Frederic Skinner fue un psicólogo, filósofo
social y autor norteamericano. Condujo un trabajo pionero en psicología
experimental y defendió el conductismo, que considera el comportamiento como
una función de las historias ambientales de refuerzo. Escribió trabajos en los
cuales propuso el uso extendido de técnicas psicológicas de modificación del
comportamiento, como una forma de ingeniería social.
El
conductismo y la caja de Skinner
Un
experimento ya clásico de Skinner fue llevado a cabo en 1948. En éste
experimento participaron ocho palomas hambrientas, las cuales fueron
introducidas en la así llamada caja de Skinner. En la caja de Skinner las
palomas disponían de comida a intervalos regulares con independencia de la
respuesta que emitieran. Es más, las palomas no necesitaban responder de una
manera en particular para obtener comida, pasado el intervalo de tiempo
decidido por el experimentador, podían disponer de ella incluso si no
respondían. No obstante, en este experimento se observó un condicionamiento
evidente en todas las palomas.
Un
aspecto importante de este experimento fue la forma que adoptaban las
respuestas condicionadas desarrolladas por las palomas. Por poner unos
ejemplos: una de las palomas aprendió a dar vueltas en sentido contrario a las
agujas del reloj alrededor de la caja; otra paloma pegaba su cabeza a una de
las esquinas superiores de un modo muy característico; un tercer sujeto
desarrolló la respuesta de sacudir la cabeza. Cada paloma desarrolló una
respuesta propia, idiosincrática. Tanto fue así que daba la impresión de que
las palomas se comportaban de ese modo tan particular debido a que creían que
su conducta provocaría la aparición de la comida. Nada más lejos de la
realidad. Ya hemos visto más arriba que la administración de comida era
independiente de la respuesta del sujeto y de que éste respondiera o no. Es por
este motivo por el que a esta conducta se le denominó supersticiosa.
La
explicación que ofreció Skinner sobre este fenómeno apelaba al refuerzo
recibido: entendió que cualquiera que fuese la respuesta que el sujeto acababa
de realizar justo antes de la administración de la comida (el refuerzo)
resultaría reforzada por la recompensa. De otro modo, de las múltiples
respuestas que las palomas emitieran antes de la presentación de la comida, la
que resultase, casualmente, contigua a la recompensa, sería reforzada. De ahí
que cada paloma realizara su particular respuesta (idiosincrática). Es
importante advertir que este procedimiento no es, en rigor, un procedimiento de
condicionamiento operante. Es un procedimiento de condicionamiento clásico. La
literatura científica ofrece experimentos cuyos resultados invitan a cuestionar
la conclusión que obtuvo Skinner. De una parte se ha encontrado que, en un
procedimiento como el utilizado por Skinner se generan patrones relativamente
específicos de comportamiento que están en función de la proximidad al
reforzador y de la especie animal utilizada en el experimento. En particular,
algunos investigadores han observado que todas las palomas desarrollan
respuestas idénticas, es decir, no idiosincráticas. Sin embargo, también es
posible encontrar otros resultados que apoyan la explicación de Skinner al
encontrar que cada paloma desarrolla su propia conducta distintiva.
Sea como
sea, la superstición es una conducta más o menos habitual en el comportamiento
humano. El ritual de cambiar la suerte de uno a las cartas es habitual. Unas
pocas conexiones accidentales al azar entre un ritual y consecuencias
favorables son suficientes para establecer un mantenido comportamiento a pesar
del hecho de que no haya reforzamiento causal. Estos comportamientos no tienen
efecto real sobre la suerte de un sujeto, justo como en el caso donde la paloma
era alimentada independientemente de su conducta.
Bibliografía
· Bjork, D. W. (1993) B. F. Skinner: a life
· Dews, P. B. (Ed.)(1970) Festschrift For B. F. Skinner. New York:
Appleton-Century-Crofts.
· Evans, R. I. (1968) B. F. Skinner: the man and his ideas
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